Vive quien intenta vivir
Solo vive quien se atreve a intentarlo. Quien halla en sí mismo la cura contra el tedio, pues solo se aburre quien ha perdido la curiosidad. Sin motivación, todo se torna insulso, monótono, monocromático. Si bien la imaginación puede comenzar con cualquier estímulo simple y exógeno, su verdadero valor surge cuando la motivación nace en el interior. El aburrimiento se sana con curiosidad. Y la curiosidad se sacia con más curiosidad. Se consume intentándolo, muriendo un poco, como el gato, satisfecho de haberlo probado todo. La inercia es la tumba donde el potencial languidece. Basta con dar el primer paso; ese que la curiosidad libera en el alma para que nos perdamos un poco. A veces hay que perderse, perder un poco el jucio, porque solo en la deriva, se encuentre el verdadero rumbo, pues perderse también es un camino. No venimos a esta vida para morir con un cuerpo intacto, sino con uno gastado de vivir. Y solo vive, plenamente, quien lo intenta. Solo vive quien se atreve a in...