Cuidado con Cambiar la Historia

 Cuidado con cambiar la historia.


Circula por las redes una información, que fue nuevamente colgada, quizás por error, por un prominente político, que aunque se ha determinado la misma data desde el año 2015, pero que no deja de tener vigencia por lo que ello envuelve a corto o largo plazo, y que para algunos neuróticos como quien suscribe, entendemos, es parte de un plan muy bien articulado. Se trata del cambio o la sustitución del contenido en los libros escolares utilizados como guía curricular por el Ministerio de Educación para la enseñanza de la Historia Dominicana. La noticia trata de cómo ha sido sustituida, en algunos casos en su totalidad, la historia Dominicana por la de Haití y se transmite por igual la duda del suceso que es alma y esencia para la República Dominicana, para su cultura y para sus nacionales. Se trata confundir el evento del 27 de febrero de 1844, no haciéndolo notar como lo que fue: "la liberación de la parte oriental de la isla del yugo haitiano", en cuyo evento se concretizaron, con los cuestionamientos que yo mismo le atribuyó a los trinitarios, esa idea que con muchas debilidades institucionales se llama República Dominicana, patria nuestra, la que conjuntamente con sus símbolos envuelve un sentimiento que esos hijos de la gran puta, no podrán entender, en el que se incluyen políticos prominentes; medios escritos, radiales, televisivos y digitales; periodistas simuladores y otras figuras que al final solo se benefician de quienes financian una malsana idea que hace mucho se viene concretizando.


Para entender las manifestaciones del sentimiento, hay que sentirlo. Esos que atentan contra la cultura y la historia Dominicana no tienen el más mínimo sentimiento por ello, por eso su incomprensión y su desprecio.


Parecieran hechos aislados, pero mirar las acciones promovidas desde el Ministerio de Cultura, como responsable de la ejecución de las políticas, cuyo objetivo debe ser, el de la conservación y promoción de la cultura, la historia y de todos los valores que son parte de nuestra identidad y de nación, sin ser ultranacionalista, de ultraderecha, conservador, xenófobo o todos ellos incluidos, hay que preocuparse por lo menos un poquito. Si se considera dominicano.


A esto súmele, otro evento que circula por igual en las redes, donde en un acto, que financia el gobierno a través del Ministerio de Cultura, una feminista de manera vulgar y expresiones soeces, atribuyéndose una falsa enarbolarían y promoción de los derechos de la mujer, utilizando un evento como la Feria del Libro, donde se supone un lugar de encuentro y fomento de culturas, de conocimiento y promoción de los valores, se permite y quizás hasta se promueven actos tan aberrantes. El movimiento feminista a sido desvirtuado y lejos de procurar conquistas para la mujer, la perjudica. De esto advirtió Angel Gavinet García desde el siglo pasado, cuando el movimiento feminista inició con Simone de Beauvoir, dejándonos está reflexión. "La mujer tiene un solo camino para superar en méritos al hombre, es siendo cada vez más mujer".


Cada vez que la mujer procura ser una cosa distinta a lo que es, cada vez que la mujer procura ser hombre, ver al hombre como si fuera rival, lejos de reivindicarse, se perjudica.


Concluyendo mis consideraciones personales de los hechos, prosigo con los juicios que fundamentan mis argumentos y en donde tienen su origen.


Vivimos momentos en que el poder del olvido y la amnesia de la historia, aunque no deba considerarse una novedad, cobran relevancia. Milán Kundera, el autor Checo, autor de las obras La insoportable levedad del ser y el Libro de la risa y el olvido, es un autor con la más fresca experiencia vivida, en la que se intenta borrar la memoria y la identidad de una nación. Su opinión nace de la pericia vivida tras la anexión de su natal Checoslovaquia a manos del régimen comunista Soviético de 1948 y el proceso deliberado llevado a cabo por estos de borrar la historia Checa de las conciencias de sus ciudadanos. Para entender cómo ocurre lo que tratamos de explicar Kundera escribe magistralmente. "El primer paso para liquidar a un pueblo, es borrar su memoria, destruir sus libros, su cultura, su historia. Luego hacer que alguien escriba nuevos libros, manufacture una nueva cultura e invente una nueva historia. Pronto la nación empezará a olvidar lo que es y lo que fue. El mundo a su alrededor lo olvidará igualmente más de prisa".


Hay dos formas de conquista. La primera es a través de la fuerza coercitiva y la otra por medio de la manipulación coactiva en la que se intenta cambiar la conciencia, la historia, la cultura y el lenguaje. 


Bernardo975@hotmail.com 


Opaito


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