La estupidez humana

 La estupidez humana.


La sociedad se muestra cada día más comprometida en promover valores, que procuran el buen vivir y el cuidado al medio que permita una forma de vida más viable. Sin embargo, el efecto que se procura detener, aunque haya disminuido su exponencial marcha, se hace cada día más progresivo. Todo indica que aquello que se predice en el apocalipsis, no es ni puede ser divino, pues de un hombre con las cualidades tan bondadosas, con la que se describe a Dios, no pueden venir cosas como las que se describen el infierno, menos aún para quien él mismo a definido, como su creación más perfecta. El infierno proviene del mismo hombre y es producto de su estupidez.


Einsten definió dos cosas como infinitas. El universo y la estupidez humana, pero de la primera no se está aún muy seguro, pues aun nos faltan algunos elementos para comprobarlo, pero la estupidez convive con nosotros y cada día es exponencial, Facundo Cabral temía a eso. 


El hombre estúpido,  en su estupidez, engañandose a sí mismo, ha definido un grupo de acciones, movimientos, planes, para detener el infierno, que con una mínima idea tiene, de lo que le sobreviene. Se engaña a sí mismo, porque todas esas acciones que procuran detener su destrucción y exterminio, son sólo publicitarias y para satisfacer egos, excomulgar algo de culpa, y claro satisfacer su propia estupidez. Son acciones que procuran no dañar su entorno y que en cierto modo contribuyan a dejar un espacio más amigable a las generaciones que le relevarán, que evidentemente serán más estúpidos. Basta con ver, quienes hoy son referentes y modelos de superación para los jóvenes que están creciendo. Imagínese usted, como abunda la estupidez hoy, cuando en nuestros tiempos los influencers eran personas de la categoría de Carl Sagan, Jacques-Yves Cousteau, Malcoln X, Martín Luther King y otros similares.


Pero quizás el lector no tenga ni idea de quienes son los personajes  señalados anteriormente, así es que me traslado al plano local. Mire nuestra sociedad hoy, lo disparates y podrída, el desorden en todo los órdenes, la construcción del típico estúpido, con todos sus atributos, cuándo en nuestros tiempos, los influenciadores eran personajes, como Freddy Beras Goico, Jaqui Núñez del Risco, Myrna Pichardo, Julie Carlos, Zoila Luna, Luisito Marti, Socorro Castellanos, y otros muchos de igual categoría. Si hoy andamos mal, imagínese mañana, con los personajes que hoy son referente: Tokisha, Alofoke, El Naguero, Bolívar Valera, Naty Natasha, Mozart La Pará, El Alfa. Miren los personajes que hay en la televisión y radio local, haciendo opinión con la responsabilidad social que ello implica.


Se atribuye a al actor Clínt Eastwood el haber dicho que "más de preocuparnos por dejar un mejor planeta a nuestros hijos, deberíamos ocuparnos en dejar mejores hijos al planeta", porque el planeta, parte de la naturaleza, ella misma vuelve y se equilibra si la estupidez humana se lo permite. Si dejáramos a nuestro planeta una generación de ciudadanos conscientes, tendrían eso que procuramos hoy, mediante el empleo de un método totalmente erróneo. Es lamentable que lo que se promueva sea la estupidez, por todo los medios posible: en las escuelas, estúpidos forma estúpidos, en la radio, estúpidos emiten opiniones estúpidas, en los medios escritos y digitales, se publican estupideces, la música que se se escucha es una estupidez, los que transitan por las calles lo hacen estúpidamente y quienes dirigen el tránsito son aún más estúpidos, si llama a un servicio al cliente quien te atiende es un estúpido programado, si va a una institución pública quien te atiende es un estúpido, y lamentablemente transferimos todas esta estupidez a nuestras generaciones. Pero, para que los que no son estúpidos, no se sientan ofendidos, en todos estos grupos siempre hay excepciones, y que bueno así sea, porque mientras haya algunos, habrá chance, esos que cumplen su tarea de que el mundo sea diferente, más ordenado, quizás no justo, pero sí lógico. Esos que se levantan cada día y cumplen con su tarea de dar cuerda al reloj, y que este desorden aún permanezca con su pulso, aún en su delicada condición.


Recientemente fueron abiertas las clases, y con ellos los tapones sobre todo a la entrada y salida de los colegios. Hay que ver el nivel de estupidez que muestran los padres o quienes los transportan a la hora de recoger y dejar a sus hijos en la escuela. ¿Qué enseñanza le dan?, que triste experiencia. Nuestros hijos por donde quiera que se mueven lo que ven es estupidez.


Si la estupidez sigue reproduciendose y propagándose exponencialmente, por todos los canales posibles, con los exponentes de la categoría que hoy tenemos, entonces podrá darse cuenta que tan cerca está el infierno.


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