Cuando todo esta corrompido, la cura duele.

 *Cuando todo está podrido, la cura duele*


Cuando todo se ha corrompido en el interior, lo que lamentablemente sigue,  es el dolor. Nuestra sociedad evidencia que está podrida en todos sus sistemas y órganos. Probablemente sean escasas las células que aún queden no contaminadas por la opulenta y poderosa mano que genera la superficialidad y lo inmediato, cualidades propias de la estupidez generalizada. Muestra un comportamiento nauseabundo y pestilente, que huele a una muerte inminente, dolorosa y lenta. Cuando un organismo cualquiera que fuera, llega a los niveles de contaminación similares al Guillain Barré, es posible que un tratamiento postergue su muerte pero no tendrá cura. Y no la tendrá porque la pus que genera la descomposición y suciedad de sus órganos han atacado su sistema nervioso.


 Era común en la época que nací, en la que había una valoración por lo que realmente tiene valor, que aunque se vivía sin nada, los jóvenes aspirabamos a ser células blancas. En nuestro porvenir nos veíamos siendo buenos policías, buenos militares, buenos médicos, buenos maestros, buenos ingenieros, buenos políticos, buenos ciudadanos. Entendíamos y estábamos seguros de que la única manera de lograrlo era a través del tiempo, del esfuerzo, de la preparación, hasta que nos cambiaron los paradigmas y el concepto que teníamos del éxito. Los inmediatos nos estrellaron en la cara, su fórmula eficiente y rápida de alcanzar la meta y esto lamentablemente nos confundió.  Comenzamos a replicar y a valorar este nuevo modelo y dejar atrás el viejo formato, obsoleto y desfasado, aquel que requería tiempo y dedicación. Aquel que Antoine de Saint-Exupéry describió en el "Principito" en su conversación entre el principito y el lobo,  (la domesticación del éxito).


Hoy, el modelo de éxito que se impone es el de Tockisha y no el de Juan Luis, el de Ongito y no el de Watson, el de Alofoke y no el de Freddy, el de Leonel y no el de Juan Bosch, el de Miguel y no el de Peña Gómez, el de Hipólito y no el de Luis. En fin, pero quienes me conocen saben que lo mío no es la política, dejo eso ahí.


Igual que el cáncer, cuando ataca un cuerpo, hay que recurrir al doloroso y traumático medio de la quimioterapia si se quiere cura y en el caso extremo la extirpación del órgano afectado cuando aún se puede, para salvar los demás, por eso, es quizás doloroso que se tengan tomar las medidas de seguridad que limitan la diversión y que incluso se tenga que eliminar ciertas células dañadas del cuerpo para poder salvar los que aún permanecen sanos. Es una pena, pero cuando todo está podrido, la cura genera lamentablemente dolor.


Mi mejor propuesta para vivir en este podrido y convulso mundo es seguir la recomendación de León Tolstoi, fallecido un día como hoy, de 1910. "Creemos que nuestro deber es realizar diversas cosas: educar a los hijos, acumular un patrimonio, escribir un libro... Pero sólo hay una cosa qué hacer: modelar nuestra vida, hacer de ella algo íntegro, racional, bueno", porque vivir estos tiempos, es solo posible si encontramos respuesta a esta pregunta ¿Es posible vivir tranquilo en nuestros tiempos, cuando se tiene corazón?, debemos responder con la afirmación de Clarice Lispector, quizás la podredumbre no sea sólo nuestra, ha hecho metástasis en el mundo entero, y para salvar la sociedad, la solución es sencilla, "el mundo y la vida es igual en todas partes, para salvarlo solo se necesita que la gente sea gente".


Yo no tengo cualidades y quizás nadie individualmente las tenga para cambiar el rumbo de esta estúpida sociedad, pero sólo debes cada quien hacer una cosa, y es lo que hago yo,  es levantarse cada día y darle cuerda al reloj, como humanos sentimos las fragilidades ante el bombardeo constante de que todo esta perdido, pero yo, a veces... a veces tengo esperanza.


http://Opaitord.blogspot.com

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