Cada quien da lo que que tiene en el corazón

 Cada quien da lo que tiene en el corazón.


"Cada quien da lo que tiene en el corazón", decía Oscar Wilde. De las personas no se deprende ni se irradia nada distinto a lo que lleva por dentro. No es que sea esta una condición única y sine qua non para que lo que de corazón da,  se multiplique o que otros puedan valorar eso que desde dentro ti brilla, porque igualmente, *todo el mundo recibe o ve lo que hay en ti, con el corazón que tiene*. No ha sorprender que por más esfuerzo que haga por dar lo mejor de ti,  que para otros con el corazón que tienen,  nunca sea para ellos suficiente. Poco valorarán tu esfuerzo y aunque sea mucho lo que de corazón da, lo verán y lo recibirán con el corazón que tienen, disminuidos de importancia, carentes de valor, con defectos. Algunas veces frío, despiadados, mal agradecidos. Hijos de la gran puta, porque ese es el corazón que tienen.

Debería entonces  poco importar la opinión, de aquel que con el corazón que tiene, poco valore lo que da, porque si lo que da de corazón,  lo hace sinceramente, serán al final problemas de quien no ha sabido valorar.


Decía Gasset, que las circunstancias forman a las personas, cosa que es lamentablemente cierto, y quienes han vivido en la miseria heredada de un alma pobre, vivirán con la pobreza del espíritu. Pero como  es igualmente cierto, lo dicho por Hostos, *"los excepcionales son quienes no se dejan formar de las circunstancias* y aún cuando estas sean abversas, conservarán siempre la pureza de su espíritu, sin resentimiento, sin dolor, sin rencor, sin dudas, sin certezas internas, pero conservando la franqueza y la paz que da un corazón en el momento del conticinio.


*"La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz", decía Hermann Hesse. Independientemente de que, quien con un corazón negro, poco valore lo que hace o lo que da, continúe brillando y de lo mejor, sea feliz, quien ama,  aún no haya reciprocidad es feliz, porque crea para sí un mundo, y mientras mas ame mas perfecto será su mundo y no perecerá en la maldad, ni en el mundo de otro.


Al final, no se puede pretender salvar a las personas, solo puedes amarlas aunque sea un completo hijo de puta, y esperar, esperar, no se sabe que esperar... pero que ocurra el milagro. El milagro del amor.


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