El Ferrocarril de Sanchez

 El Ferrocarril de Sanchez.


La República Dominicana a lo largo de su historia ha sido siempre victima de grandes maquinaciones que le han limitado en su desarrollo. La historia en la que se enumeran y encarnizan las grandes traiciones contrarias al desarrollo colectivo y en beneficio de particulares es bastante larga. Sin embargo, poco se le ha escarmentado o faltado coraje  para detener a quienes fraguan tales mezquindades, en defennza del interés colectivo. Las razones, probablemente, fueron observadas hace años y estan en nuestro himno nacional. Emilio Prud'Homme y Maduro, se dio cuenta, que nuestro pueblo es: "esclavo, valiente y servil". Una sociedad completamente "adulona, bocabajo, abyecta, lameculos", donde abunda el tumbapolvo y la traicion, ha sido caldo de cultivo para que los traidores hayan podido hacer de las suyas.
No sería justo reconocer, ciertas acciones valientes, de unos pocos. Pero lo cierto es que la mayoría prefiere seguir siendo esclavo o en su defecto lambon, "servil".

Duarte lo sintió en carne propia y advirtió sobre este mal. "Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones".

A partir del 1880 en la República Dominicana, se inician las condiciones que pudieron llevarnos a ser hoy una sociedad diferente. Entre los pocos hombres valientes que ha tenido en su haber esta patria, uno de ellos, el progresista comerciante y hacendado Don Gregorio Riva, con su extraordinaria visión y aporte contribuyó a la realización de la construcción de unos de los proyectos que debieron ser continuado, porque hubiesen marcado el rumbo del desarrollo sostenido, sostenible y ordenado, tanto en materia de organización demográfica, como de movilidad.  Hoy no estuvieramos siendo dependientes de los burros ni de los delincuentes sindicalizados que manejan el transporte público, de pasajeros y de cargas. Con este visionario proyecto el desarrollo económico de la República Dominicana, en especial los municipios de Sánchez y La Vega, como también la región del Cibao, era un hecho que mostró sus evidencias durante mas de un siglo.

El proyecto ferroviario de Riva, pronto se extendió y partir del 1880, con el capital de la obra ya aprobado para la construcción, pretendia unir las ciudades de Samaná y Santiago, sólo llegó a cubrir la línea Sánchez – La Vega.

En 1879, el norteamericano Allen H. Crosby, logra una concesión del gobierno dominicano, para construir un ferrocarril de Samaná a Santiago y el 16 de agosto de 1887, fue inaugurado la línea ferroviaria de Las Cañitas (hoy Sánchez)-La Vega).

A parte de las facilidades en materia de movilidad y de transporte por ferrocarril, el incremento de la actividad productiva y económica que traía con él, eran impresionantes. Imagínense que en vez de tener hoy  solo las vías de comunicación que tenemos, hubiesemos conservado, extendido y mejorado nuestras estructuras ferroviaria.

La pregunta que nos hacemos. ¿Porque no se le dio continuidad a este medio de transporte tan eficiente? Lo cierto es, que, como todo en sus inicios, se presentan errores que deben corregirse en el tiempo. Entres las causas que dieron al traste con el proyecto ferroviario dominicano, están los errores del diseño y la elección de los espacios por donde se extendian las vías, igualmente el  elegido para la construcción del muelle de Sánchez. Otras causas, para mi la más importante, fue la relación tensa de intereses entre las élites regionales, complementada con la aparición de otros medios de transporte. Pero igualmente, contribuyó la pérdida del interés al ferrocarril de Sanchez, la disminución del comercio con Europa producto de la 2da guerra mundial. Sánchez fue una plaza de intercambio comercial importante, por aquí entraron la mayoria los carros Volks Wagen (cepillos) o Betley, provenientes de Alemania. Igualalmente que los Austin de proveniente de Gran Bretaña. Al disminuir el intercambio comercial perdió importancia el puerto.

En 1940 Trujillo unifico el Ferrocarril Central Dominicano (puerto plata-santiago) con Sánchez-La Vega, formando un solo consorcio denominado Ferrocarriles Unidos Dominicanos (FUD), donde ya no habí­­a capital extranjero. Estaba nacionalizado. El Ferrocarril Sánchez-La Vega, dejo la alegrí­a y la danza de los millones. Se cuenta que se llevó los rieles a su emporio azucarero, solo se le salvaron los de Sánchez, porque que las dimensiones de los carriles de este eran únicas. Sinvergüenzas que sucedieron a Trujillo en la conducción del Estado jamás pensaron en un plan de movilidad sostenido, sostenible, conveniente y manejable para los dominicanos.

Ya en la decada de los 80 y sobre todo en los 100 años de Sánchez, solo quedan los recuerdos de la prosperidad que exhibía este signo de prosperidad con la desaparición del ferrocarril y el muelle. El abandono y el interés particular, no permitieron que el ferrocarril prosperara como un medio de transporte, eficaz, colectivo. De lo que quedó, fue repartido como despojo entre los acostumbrados carroñeros que siempre abundan.

Fuente: "Sánchez, cien años de vida municipal", autores; Mercedes Mata Olivo, Dulce María Olivo y Graciela Paredes R.

Opaitord.blogspot.com 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hoy todos somos Marileidy

La esperanza no es lo mismo que el optimismo.

La culpa la tiene la policía.