Hay que curar las heridas

 *Hay que curar las heridas*


He vuelto al lugar donde naci y me trajo recuerdos. Naci en un lugar privado de todo. El sol que dominaba mi entorno, me privo de todo tipo privilegios pero también de todo tipo de resentimiento. Lo único de lo que nunca careci ni fui despojado, ni antes ni ahora ha sido de la imaginación. La vida del campo me enseñó a no ser capaz de odiar ni de guardar rencor. Quien odia o guarda rencor es por carencia de imaginación, y eso me sobra.

En en mi andar difícil, privado de todo, tropecé, caí, me guaye, dejé la piel en la tierra. Entendí que no se puede retroceder en el tiempo para evitar el fracaso. Solo podemos curarnos y seguir. Todo eso me hizo mas sabio y entendí el mensaje que ahora traigo conmigo. "Estamos todos rotos, así es como entra la luz" como dice "Ernest Hemingway . (No todos entenderan).

Y así es, todos hemos estado rotos alguna vez, pero estamos enteros, aunque diezmados por perdones o resabios, un poco más gastados, pero también más sabios, más viejos y mas sinceros, aveces por obligación. A cierta edad uno es sincero forzosamente. Mentir cansa mucho. Dice Albert Camus, en La Peste.

Las heridas son parte de la vida. Vivir siempre estable, prudente y estático, tiende a ser a aburrido. Quien asi vive, termina encontrando poco sentido a la vida. Vive triste porque no es capaz de saborear la emoción de poder recomponerse, de volver a empezar. Son los tropiezos y las caidas las que nos hacen fuerte. La práctica te hace maestro y quien mas decepciones ha sufrido es mas experto. Capitalizar el fracaso y reponernos de las heridas te diferencia del resto. Quien no aprende a manejar los fracasos y a curar sus heridas termina en la muerte. Por consiguiente, acepta la confusión, la incertidumbre, el miedo, los altibajos emocionales, que te lastiman y hieren, por que ése es el precio de estar vivo. Una vida fluida, perpleja y excitante.

No hay que temer a tropezar, a romperse, a sufrir heridas. Corremos el riesgo de herirnos mientras vivimos, pero igual la facultad de curarnos mientras vivimos. Perdemos la facultad de curarnos cuando se nos va la vida. Conserve la vida y con ella la facultad de curarse. Y si alguna vez sanar alguna herida les toma mas tiempo del que se cree necesario,  recordar de Joan Margarit que; "Una herida es también un lugar donde vivir".

En la medida que nos volvamos capaces de capitalizar los fracasos y curar las heridas, habremos entendido la vida. Es penoso que solo con los años, a cierta edad podamos entender tanta cosas, cuando ya ni sabemos que hacer con ellas.

"A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear."
Marcel Proust.

Viva. Sea libre. Ría cuando puedas y llore cuando lo necesite. Que vivir es perdonarse a si mismo la vida.

Feliz semana santa.

Opaitord.blogspot.com 

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