La verdad puede ser también estúpida

 La verdad puede ser también estúpida.

La verdad es siempre subjetiva. Corresponde a los sujetos que pueden reunir, recomponer y expresar los argumentos que justifican sus verdades, tal como lo plantea Ortega y Gasset, de que lo único falso que existe es que sobre una cosa solo exista una verdad unica e irrefutable. Dice que la verdad puede ser tan diversa como los puntos de vista que se plantean sobre un panorama, en el que cada expectador mira desde un ambiente y lugar distinto y cada uno establece su verdad sobre lo que ve, de modo, que todos los puntos de vista que se exponen pueden ser verdaderos aunque entre si, sean contrarios. Leonardo Pardura dice que el problema con la verdad es que ėsta siempre es relativa, contrario a la mentira que es siempre absoluta. La verdad está llena de dudas, la mentira llena de certeza.

Igual que con la verdad ocurre con los derechos. El hombre ha entendido está cuestión y los desafíos que esto trae consigo para la convivencia en sociedad y para que los derechos no sean tan subjetivos respeto de la interpretación de los mismos, ha decidido mediante un proceso "democrático" someterlo a consenso de la "mayoría" y dejar esos derechos, así como las obligaciones, escritos en un instrumento que le ha llamado ley. La ley establece los límites de los derechos y de las obligaciones, y tal como lo establece un principio del derecho francés, "los derechos de un individuo terminan en el lugar donde comienzan los derechos del otro individuo", si estos se reconocieran, entonces no existieran conflictos.

Lo ideal es que estos límites, al estar previamente "consensuados" y escritos, sean reconocidos y respetados por las partes. Los conflictos siempre se generan porque no sabemos reconocer y no queremos respetar el límite de nuestro derechos, siempre creemos que la frontera está más allá.

Siempre he cuestionado la corriente estupida (*) y garantista del derecho de las minorías, sobre todo en las sociedades democráticas, y aunque se quiera cambiar su definición, cambiando incluso la historia y escribiendo otra, como nos profetiza Milan Kundera, la democracia es la forma de orgazacion política que corresponde al pueblo y es la imposición de la voluntad de la mayoría sobre la minoría. Que se respeten derechos de dignidad y otras pendejadas de las minorías, cierto, pero jamás la voluntad de la minoría puede imponerse a la mayoría.

Está situación la estamos viviendo desde hace tiempo y de msnera progresiva con la imposición de la llamada minoría, ya casi minoría, de la comunidad que se autopersibe con una orientación sexual distinta a su sexo biologíco. La perversidad que ello promueve y consigo trae si impone, para que se le reconozca un derecho que hace mucho paso la frontera. Unos derechos fundamentados en unas verdades (*) estúpidas.

Finalmente los dejo para reflexionar con esta frase del filosofo colombiano Nicolás Gómez Dávila, quien conjuntamente con Zygmunt Bauman, son críticos con los suficientes argumentos de esta sociedad estúpida, moderna y líquida, que nos dice que,“Para corromper a un individuo basta con enseñarle a llamar «derechos» a sus caprichos personales y «abusos» a los derechos de los demás”.

PD (*)

Aunque pueda considerarse verdad por el punto distinto de observación o por los argumentos que en torno a este tema se construyan, pero aún siendo una verdad subjetiva, no deja de ser estúpida.

PD

En el texto las palabras "democracia" y "mayoría" se expresan entre comillas, por lo dicho por Solon de Atenas "Las leyes son semejantes a las telas de araña; detienen a lo débil y ligero y son deshechas por lo fuerte y poderoso."

Opaito.

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