La culpa la tiene la policía.

 La culpa la tiene la policía.


El el reciente incidente ocurrido en pleno parqueo del Palacio de la Policía entre un miembro de esa institución y el "periodista" e "influencer" Ramón Tolentino, dado a conocer en las redes sociales, no hay otro culpable que la misma policía. No me refiero al agente involucrado, sinó a la institución. Digo la institución porque los elementos conjugados que han llevado la Policía Nacional a donde está, no ha sido una cuestión circunstancial de ésta gestión. Ha sido una cadena de mala decisiones que se transfieren de una dirección a otra, exponencialmente incrementadas en las gestiones en las que su actual vocero ha ocupado esas funciones. La policía ha sido dirigida erróneamente, bajo el entendido de que haciendo causa común y dando poder a delincuentes o personas que no lo tienen, porque su capacidad de "manejar cosas", no es más que el producto de circunstancias sin rigores, sin trabajo y que de hecho en el fondo parecieran también ser de procedencia ilícitas, se puede tranquilizar el enemigo o mantenerlo tranquilo. Esta estrategia es un error, porque la policía ha hecho alianza con delincuentes vulgares y de medios, para mantenerlo "callados". Empleamos el término, porque es lo mismo, en este caso, que calle cuando se pide, a que diga sólo lo que yo quiero que diga. Aqui los periodistas enllave de la Policía, solo sacan a la luz pública. aquellos casos en los que ambos se ponen de acuerdo, no se dejen engañar.


Los casos de periodistas faranduleros con poder de influenciar en la propia policía lo tiene la institución y cuando me referí a que el tema se ha incrementado en las gestiones del actual vocero, es porque el señor, es un policía farandulero, le encanta el medio, y cree que con estar frio con la farándula que replica sus disparates, o que guarda silencio de ellos, esta todo bajo control. Quien paga por la paz, solo posterga la guerra. Quien paga para mantener la mentira, sólo engrandece al enemigo y al final tendra un enemigo mas poderoso y también la verdad.


Los jefes, actualmente sus directores, los  pasados y los actuales de la Policía Nacional, para mantener la prensa a su favor le han vendido hasta su propia alma. Hay que leer un poco a Martín Luther King, a Søren Kierkegaard, a Saramago y a Albert Camus, para entender de lo que es capaz quienes manejan la prensa, mayormente ahora donde hay tantos incautos y que la actividad se ha vuelto tan lucrativa.


Anteriormente, los jefes de la policía eran verdadero jefes. Hombres de gallardía y responsable de las acciones de sus subalternos, sobre todo cuando actuaban correctamente en el cumplimiento del deber. Desde hace un buen tiempo, los policías que son correctos, los que quedan, muy pocos a causa de esta mala práctica, tienen en contra para combatir el crimen, a los propios delincuentes, naturalmente, a la población que protege delincuentes, a la prensa que cree que los delincuentes tienen derechos porque esto le genera impacto publicitario, a los otros policías delincuentes, a los fiscales y jueces sin principios ni etica; y hasta sus propias jefes, porque estos de manera irresponsable, para no asumir sus responsabilidades, ante cualquier actuación, en el cumplimiento del deber de un agente, para no coger sonido, en vez de proteger, como es su obligación, se despachan con la siguiente frase. "mi hijo que fue lo que hiciste, porque te metiste en eso si no fue a eso que te mandaron", aunque la actuación haya sido contra el crimen, pero el objetivo es la protección del cargo,  para no "coger sonido". Por esto, es que el crimen es tan difícil combatirlo o erradicarlo con tantos elementos contrarios. Quizas ahora que se esta reformando la policía, se tomen en cuenta algunas de estas consideraciones.


En otros tiempos, cuando habían verdadero jefes policiales o de instituciones armadas, no se podia uno imaginar que un sujeto, creido, fuera a la sede de una de estas instituciones a desafiar unos de sus miembros, sólo porque los propios jefes, lambones, le han otorgado poder. ¿Quien refuta, que los seguridad y el chófer al que se refiere el "periodista" no sean miembros de la Policía, asignados con el único fin farandulero? Es solo una pregunta porque no tengo la certeza, pero cabe la posibilidad legítima.


Opa.

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