Yo

 Yo.

Yo, como la filosofia, cosa por la que he desarrollado con los años un interés extraño, y puedo decir con la modestia incluida, un exquisito gusto, que no necesito ni protección, ni atención, ni simpatía, ni empatia de la masa. Cuido mi aspecto de perfecta inutilidad y con ello me libero de toda supeditación al hombre medio. Me reconozco a mi mismo por esencia, problemático y abrazo alegre y libre mi destino, sin pedir a nadie que me recomiende ni me defienda, no vivo del provecho ajeno, ni lo premedo ni lo espero.

Opaito 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La marcha en Fruisa

El lenguaje nos delata.