El hombre nace y es libre, responsable y sin excusas.

 El hombre nace y es libre, responsable y sin excusas.

Jean Paul Sartre, ha sido el único hombre que ha rechazado por mutuo propio el premio Nobel de Literatura. Boris Pasternak, autor de "Dr. Zhivago" también, pero lo hizo por presión política de su país. Sartre, autor la obra "La Naucea", dice "que el hombre nace y debe ser libre, responsable y sin excusas", aunque antes que esto Rosseau se había referido en otros términos a la responsabilidad del hombre cuando actúa en libre albedrío, también las escuelas clásicas del derecho penal de Cesare Beccaria, Giovanni Carmignani, Pellegrino Rossi y Francisco Carrara, entre otros, establecieron los principios de responsabilidad penal para las acciones del hombre cuando actúa bajo el privilegio de la libertad, para fijar responsabilidad sobre sus actos.

Salvo aquellos aquellas acciones que nos son restringidos o limitadas por la sociedad a la cual nos adherimos, amparados en el contrato social de Rosseau, y en las cuales, es la sociedad la responsable, los demás actos en los que el hombre actúa bajo su propia cuenta, conciente y con las condiciones que razonable y científicamente reúne, como la edad suficiente y la salud mental, él es el único responsable y sin excusas.

Es necesario entender que hay hechos en los que el hombre se ve involucrado, producto de la mera casualidad, que ocurren producto la coincidencia, sin que el hombre pueda razonar sobre ellos, y sin que pueda atributirsele responsabilidad alguna.

Es lamentable lo ocurrido ayer producto de las intensas aguas caídas. Muchas vidas perdidas y aún más unas cuantas sin cuantificar, algunas trajedias pueden fácilmente excluirse de responsabilidad a sus víctimas, pero en otras, aunque sigan siendo víctimas, caen en la categoría del derecho penal de "víctima culpable". Siempre he criticado que las autoridades locales, en las que recae la regularización del municipio, es la responsable del ordenamiento urbano, de la planificación territorial. Por mandato de la ley le corresponde regular el uso del suelo y amparado en esta misma ley cobran los arbitrios correspondientes. Desgraciadamente, en muy poca de las comunidades de nuestra geografía, quienes se eligen para estás funciones tienen la más mínima idea de esto y de su trascendencia. No son más que un grupo de sinvergüenzas, en su mayoría analfabetos funcionales, que solo les interesa cobrar, si paga cumple, no importa que la construcción quiera hacerse encima de su cabeza vacía.

Aquellos que construyen viviendas en lugares vulnerables, sin dejar de ser empático y de lamentar la tragedia, lamentable sobre todo en los casos que niños se ven afectados, son ellos propios responsables, porque actuaron libremente, de establecerse en un lugar vulnerable y sin excusas.

Algunos dirán que no soy lo suficiente empático para escribir esto, pero si lo soy, lo único que entiendo realmente el concepto de empatía, la cual es ponerse los zapatos del otro, sabiendo que esos no son mis zapatos, y cada quien debe elegir los zapatos que mejor les queden. Para eso es el cerebro.

Otros dirán, que hay personas que se encuentran en un estado de vulnerabilidad, porque no tienen otra opción y se lo compro, a esos debemos como sociedad tratar de mejorar sus condiciones y de socorrerlos en esta calamitosa situación, sin embargo, les explicare unas de las figuras más rara del derecho penal, es el robo famélico. Digo rara, porque no surge del derecho mismo, sino más bien en una obra literaria, Los Miserables, de Víctor Hugo. El robo famélico es aquel en qué una persona, hurta una cosa que necesita para su supervivencia, pero para que pueda configurarse como tal, debe cumplir con las siguientes tres condiciones: a) que el robo no sobrepase la cantidad necesaria para sobrevivir, b) que no se exponga la integridad física del dueño de la cosa ni del que roba, es decir libre de violencia, c) por último y la más difícil de cumplirse, es que el estado de necesidad de la persona, no sea producto de su propio descuido y de eso hay mucho en nuestra sociedad, ciertamente en estado vulnerable, pero producto de su propio descuido, estonces son responsables de su lamentable situación y sin excusas.

Otro hecho que he querido resaltar en el cual sus autores, actuando en libertad, responsable y sin excusas, es el de los "teteos" en ríos de alta peligrosidad como el Fula y el Yuna, o como los jóvenes de Cristo Rey, que bajo las intensas lluvias hicieron sus acostumbrados actos inmorales, imprudentes pero conciente y por tanto responsables, de modo tal que a esos debería llevarselos el diablo, porque contrario a los que muchos piensan, él es bueno a veces.

Opaito.

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