Dia de Mella.

 Dia de Mella.


Hoy, se recuerda con orgullo y gratitud, pero con mala memoria, porque el malagradecido no tiene memoria, el 208 natalicio de Matías Ramón Mella, quien producto de una cosa única y sin precedente en el mundo, es el tercer padre compartido de la Patria, libre, dique ‘independendiente” pero sí sobre todo “servil”. Se atribuye al Mella el mérito del valor y sacrificio de un hecho que encendió la llama de la libertad y que dió origen a lo que hoy llamamos Erre De.


Los Trinitarios, como quizás algunos que no están pendientes de Alofoke, ni Yailin, ni de El Alfa, ni de Bad Bunny, ni de la política partidista corrupta, barata, de propuestas vacías, recordarán, que fue un movimiento pensado con el principal propósito, cuentan, de independizarnos de Haití y no del interés de los involucrados, de preservar sus intereses, como pasó con la gesta del 30 de mayo de 1961. Este movimiento cuyo principal cabeza, lo era Juan Pablo Duarte, quien era un idealista a carta cabal, los hechos así lo demuestran, pero de muy poco valor material, vacilante para actuar y de ejecutar para el propósito, para no decir otras cosas, conjuntamente con Mella, y Francisco del Rosario Sánchez, iniciaron un movimiento y llevaron a cabo un hecho, que todo el que puede analizar, sabe que se dió, más allá del resultado positivo y cargado de buena intenciones, que se valora, fue producto de una casualidad y descuido del que ocupaba. El ejército Hatiano, creído como son los haitianos, brutos, nunca pensaron que los que vivían este lado de la isla, tuvieran los cocos para enfrentarlos.


Pero así pasó, y hoy celebramos a Mella. Quizás somos independientes productos de una casualidad y no de un hecho pensado con valor, con la determinación requerida. Quizás somos productos de un hecho al azar que ocurrió no pensado al estilo Vaclav Havel. Quizás no fue un hecho como el que la historia describe. Quizas el hecho ocurrió y de repente no había otra cosa que hacer, solo echarlo adelante. Quizás al momento justo antes del trabucazo ni se pensó antes de que se disparara, que la esperanza no es lo mismo que el optimismo. Que no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte. Quizas!! Digo yo.


Opaito 

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