La conversación o la comprensión

La conversación o la comprensión.


Erróneamente se ha entendido y se da como verdad casi absoluta, que la conversación es la base del entendimiento. El intercambio de las palabras es la herramienta por excelencia a las acuden los hombres y mujeres que dicen ser “racionales” para salvar las diferencias propias de todas las relaciones humanas. El diálogo, como sostiene Borges, es un invento, que surge del azar y desde donde proviene toda la cultura. La conversación surge cuando un grupo de hombres decidieron algo extraño: intercambiar palabras sin rumbo fijo, aceptar las opiniones del otro, aplazar las certezas, y admitir las dudas.


 La dialéctica, es un método antiguo de conversación que traza las pautas para una conversación razonada. Consiste en una regla muy simple. Cuando un hablante hace uso de la palabra el otro debe escuchar y viceversa. Pero más que el agotar los turnos para hacer uso de la palabra, los tres pilares principales de cada conversación son: el aplazamiento de las certezas, la admisión de la dudas, porque estás te permiten escalar al elemento más importante del diálogo: la comprensión.


La conversación es el medio ideal para llegar a acuerdos, con todo lo que esto acompaña y además transmitir conocimientos, esto es así porque aún no hemos podido desarrollar los poderes psíquicos de intercambio del pensamiento. La dificultad más importante que impide el objeto de la conversación, no es otra que la predisposición, el adelanto de las certitudes y la inadmisión de las dudas, porque estos elementos no permiten que la verdad sea encontrada. No importa lo formal o lo informal del diálogo. No importa el tono ni el uso de las palabras que se empleen, aunque estos agreguen valor, la verdad es encontrada ni se consigue el punto de equilibrio de las diferencias, no porque el procedimiento o porque los medios no fueron los indicados, sino porque ya se tenía una idea preconcebidas de ellos.


Si a la conversación no se va con la capacidad, acompañada del deseo de querer comprender, el efecto de la conversación puede ser devastador y sus efectos pueden ahondar las diferencias, lejos de salvarla. Si usted desea resolver cualquier diferencia con alguien, asegurese que se tiene la cualidad y que se tiene el deseo de comprender.


Cuando una persona tiene la capacidad de comprender  puede estar sentado con personas que piensan absolutamente opuesto y mantener una conversación, reír, disfrutar, y si tiene el deseo de comprenderla en muchos no será ni siquiera necesario el diálogo. Albert Camus dice que "El silencio es la conversación de las personas que se quieren. Lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que no es necesario decir". Y cuando quiere desea comprender.


Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice.


Si usted no desea comprender, si no tiene la capacidad de comprender, puede hablar, pero jamás podrá tener una conversación con nadie.


Yo entendía que la comunicación era la base de todo, pero al final es la comprensión, porque si no se tiene capacidad o no se desea comprender, la conversación termina siendo un caos. Cuando no hay voluntad de comprender es mejor el silencio. Para comprenderse, si desea, no hacen falta palabras.


Opaito.


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