Eugenio Cedeńo tiene derecho a pensar distinto, o como le dé la gana.

 Eugenio Cedeńo tiene derecho a pensar distinto, o como le dé la gana.


El diputado Eugenio Cedeño ha sido objeto de los más viles ataques por parte de un grupo que ha impuesto su política, absolutista, radical, extrema y desequilibrada, no solo en República Dominicana, sinó en el mundo. El sector feminista ha aprovechado la neolengua, empleando terminos con una gran carga emocional para lograr convencer de su agenda a  ciertos incapaces que no han podido desarrollar la capacidad del pensamiento individual, fundamentado en la lógica y el buen juicio. Algunos solo emiten opiniones por montarse en la ola.  A Cedeño se le ha querido coartar la libertad de expresión del pensamiento, por el solo hecho de haberse atrevido a pensar diferente.


Quien me conoce sabe que no defiendo la libertad de expresión, que solo se limita a repetir como papagayo lo que otro dice sin que se le agregue un juicio propio que motive la adherencia u oposición a la opinión emitida. En esta sociedad de borregos donde los pendejos de Facundo son mayoría la “libertad de expresión”, a la que también se opone José Luis Sampedro, solo se utiliza para vender o posicionar una opinión en función de ciertos intereses y que también tienen un precio. Al diputado de la República se le ha querido vulnerar sus derechos establecidos en el artículo 49 de la Constitución Dominicana, lo que en este caso tiene el agravante de su condición de legislador. Como no apoyo posiciones que no estén fundamentadas en argumentos razonables, me motiva a pensar que es un error de su partido, cualquier acción, por mínima o formalista que fuera, que pueda interpretarse,  que el fin que se persigue, es que no piense y que no difunda su pensamiento.


Debo reconocer que la adherencia a la agenda feminista radical por parte de medios de difusión, instituciónes publicas del Estado y ONGs, en su mayoría estan compuesta por personas que están realmente convencida de sus posiciones respecto a la tendencia feminista, porque sencillamente son el producto un sistema de educación distorsionado, que desde hace años ha trazado una política con la idea de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que el poder implica. Los conspiranoicos dicen que es parte de una agenda global. En otros casos hay muchos personajes que aún sabiendo que lo que defienden no tiene fundamento lógico ni racional, se muestran a favor o en contra, solo porque hacerlo es parte de su actividad económica, para estos está reservados el lugar más caliente del infierno, como lo deja entender Dante Alighieri “El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral”. Yo he decidido emitir mi opinión por qué no deseo el infierno. 


No conozco a Eugenio Cedeńo más allá de sus pronunciamientos y trayectoria política, no tengo que defenderlo ni condenarlo por vínculos. De hecho, difiero con él mucho en el tema migratorio, lo hago sólo porque entiendo que no puedo quedarme neutral ante tal irracionalidad y crisis moral que vivimos.


Lamentablemente estamos viviendo una sociedad distorsionada, promovida por la idea de que los derechos y las sociedades evolucionan. Se ha promovido que la tolerancia hace posible la convivencia y se ha pervertido el concepto. En mi opinión el exceso de tolerancia hace más daño que la intolerancia misma, como sostiene Bauman. “La tolerancia absoluta de todo y para todo, es el valor dominante. Lo único que no se tolera en tiempos posmodernos son las convicciones firmes, las que no se sujetan a consenso, pues la época líquida, no tolera lo sólido y lo vomita". 


Ciertamente que todo ser humano en estado de vulnerabilidad, no solo la mujer y no solo los negros deben ser protegidos, también los hombres, pero jamás este derecho debe estar por encima de la conculcacion de derechos de quienes se le pretende proteger. Los derechos no se compensan en el tiempo. Se ha querido exagerar en los derechos de la mujer y de los negros, para compensar los tiempos pasados en que les fueron impedidos, pero la exageración está provocando un dańo peor que el que se quiere enmendar. La sociedad me parece que se ha dejado engañar y manipular con estos conceptos neurolingüísticos con una carga emocional enorme para lograr adeptos. La mujer ha creido que estás políticas son son diseñadas para su provecho. Todo lo contrario, las perjudican porque esto la lleva asumir roles para los que biológicamente no están adaptadas y van forzadas. Estas políticas hegemónicas que promueven la idea de que el hombre es enemigo de la mujer solo promueven la desintegración familiar y por consiguiente la desintegración de la sociedad y del Estado. 


Estas políticas feministas radicales, promovidas por viejas amargadas, resentidas, feas y mal tramadas, no les interesa el beneficio de la mujer, por eso no promueven aquello que es fundamental para la liberación, su independencia económica como lo sostuvo Juan Bosch, a esas radicales lo que les interesa es que la mujer hermosa, femenina, contrapeso y equilibrio del hogar, compañera del hombre para la procreación y perpetuación de la especie, no tengan los que ellas no han podido tener ni tendrán precisamente por su arrogancia, su prepotencia y mal carácter, no quieren que tengan una familia. Yo puedo decirlo porque a mí ningún partido me va a llamar a cuestionamientos.


Finalmente, la verdad, como sostiene Nadine Gordimer, "no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí", porque la verdad aunque nos obliguen a tomar la cicuta por ella, contribuye al conocimiento, y "En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario". George Orwell, sigue adelante Eugenio.


Opaito.

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