Hoy todos somos Marileidy


Todos somos Marileidy Paulino. Ella está en el perfil de las redes sociales de cada ciudadano dominicano. Representa un orgullo para cada uno de sus coterráneos que la vieron correr y ganar en Paris, haciendo que fuera izada la bandera a cuadros tricolor de Maria Trinidad Sánchez, María de Jesús Pina, Isabel Sosa y Concepción Bona, y que se entonacen las letras de Emilio Prud'Homme y las notas de Jose Reyes. No voy a negar que yo también me regocijo de su éxito y celebro su victoria a base de un trabajo, contra todas las penurias y dificultades.


No conozco sobre la logística, ni del programa, ni el tiempo, ni a que tiempo, se emplean todos estos elementos para la preparación de un atleta de alto rendimiento, pero a decir de ella, es un producto de la casualidad que no recibió el entrenamiento durante su formación como atleta, pero peor aun, después de mostrar las habilidades evidentes en su disciplina, aún asi, no recibía los incentivos suficientes, ni para ella ni para el equipo técnico: entrenadores y médicos, que en toda nación, donde el deporte es una política de estado se provee a los atletas, no solamente cuando ya han demostrado ciertas destrezas en las diferentes disciplinas, sinó que son parte de un programa sistémico, desde que los jóvenes comienzan a caminar. Por eso, a decir de la propia Marileidy, no les faltaron deseos de irse a representar otra bandera.

¡Que pena!


Muchos líderes políticos, que tuvieron el control de la administración pública y que actualmente lo tienen, y que fueron y son de manera directa o indirecta, responsables de la política deportiva de la nación, hacen alarde del triunfo de Paulino. Publican para los pendejos que lo eligieron, que estaban pendiente de su gran carrera, cuando lo que deberia es darle vergüenza. Deberian no levantar cabeza no usar su triunfo para promocionarse ante los estúpidos. Quieren premiar los atletas si ganan medallas, pero no invierten en su preparación. Si la política deportiva y los recursos que se destinan para ello en el presupuesto de la nación, se emplearan a donde deben ir, y no se quedaran en los bolsillos de funcionarios, federados y comités, que viven dándose buenos banquetes y viajando en primera clase, una medalla olímpica no fuera para nuestro país una casualidad. Mas atletas tuvieran la posibilidad. Existiese un relevo de las disciplinas.


Ningun político hara caso de esto. Primero, porque las desiciones políticas no se toman considerando el parecer de la minoría que piensa y segundo porque no una cosa mas desvergonzada que un político.


Cuanto menos aporta un político, más ama a la bandera.


Opaito.

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