A la paja.

 A la paja.


La pareja perfecta es uno solo 

haciéndose el amor.

Ninguna chica

conoce el cuerpo mío,

cual yo mismo.

Y,

por tanto,

es más sabía

mi destreza.


¡Que suave recorrido placentero 

por las zonas sensibles de mi físico!

¡Que mano! 

Que no es mía ni es ajena,

sino que es

tacto

roce

soplo angélico,

que en su justo momento,

el adentrarme 

en la medida exacta 

de mis límites,

anchura o estrechez,

cuánto me plazca consigo,

en el instante apetecido.


¡Que variación inmensa obtengo estando conmigo mismo!

Amando incluso,

aquellas que, 

niegan me el contacto.


A todas cuántos me venga en ganas.

Entonces disfrutarlas,

en los límites 

formas

de mi imaginación.



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